Life in Mask




“Give a man a mask and he will show his true face.”

Jul202013
 Oscar Wilde, an Irish writer and poet. 

















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 Miércoles 14 de noviembre de 2012

La huelga y el placer

 01:16

Carles Recio

Carles Recio

Hoy ha sido convocada huelga general. Seguramente una amplia mayoría social está de acuerdo con la oposición al desmantelamiento del Estado del bienestar, pero la verdad es que el camino de la huelga es algo espinoso. Si con el poco trabajo que hay a cualquiera le ofrecen una pequeña chapuza para hoy, le resultará difícil renunciar. Los funcionarios, ya sin paga extra para dentro de unos días, si la secundan verán restada esta jornada en sus emolumentos. El pequeño comercio no puede perder días de venta. Metiéndome donde me llaman advertiría que los sindicatos parecen estancados en propuestas antiguas. Debería protestarse de otra manera, por ejemplo estando en los puestos de trabajo más horas de lo habitual –ahora que ciertas administraciones no tienen ni para pagar la luz- o abriendo los establecimientos hasta horas insólitas, lo que daría a la iniciativa un tinte hasta de fiesta. Habría que transformar el concepto de huelga para permitir que más trabajadores pudieran respaldarlo, dicho sea con todos los respetos.
Pero vamos a lo que vamos, la industria del placer. ¿Es posible una huelga en este sector? Si en todas las ramas económicas el ejercicio de la huelga es problemático, por los múltiples inconvenientes que conlleva, en esta rama que es toda ella un inconveniente, la propuesta parece kafkiana. Circula por la red una noticia según la cual las prostitutas madrileñas se habrían puesto en huelga en el mes de abril para exigir a los banqueros que abran líneas de crédito a los autónomos y las pymes. Este posible bulo fue publicado en el londinense The Daily Mail por el periodista Lee Moran, y luego transcrito por prensa española. Una intrépida meretriz, Lucia C.P., habría sido la líder de esta campaña contra la especulación bancaria.
Por las mismas fechas unas profesionales de Bolivia sí habrían asumido una posición huelguística en la ciudad de El Alto. Unas disposiciones del presidente Evo Morales habían alargado los horarios de los médicos y las habían dejado fuera de las revisiones sanitarias gratuitas. Parece ser que aquí sí fue verdad, pues dos mujeres y un hombre llegaron a coserse los labios como expresión de repudio. La legislación restrictiva de Corea de Sur habría motivado una gran manifestación de izas en Seul, todas con las caras tapadas, para exigir reconocimiento de sus derechos. En resumen, el ejemplo de Lisístrata planea sobre el mundo actual. La huelga del trabajo sexual sería posible si el placer fuera reconocido como una actividad laboral y nos tomáramos las cosas con más realismo. En un día como hoy, en que pivotamos entre el rechazo y la impotencia, también ellas tendrían su lugar en la protesta. Pero el secretismo y la hipocresía marcan la pauta.
Al respecto hay una exposición de pinturas muy interesante de Natasha Russo en el Sporting Club de Russafa. La pintora coloca a un lado lienzos amplios y grandes con retratos sin artificios, y enfrente, encajonados en marcos al estilo de las ventanas que dibujan los ordenadores, caras ocultas tras adornos y materiales que ocultan nuestra propia identidad. He aquí un espejo de la sociedad de estos momentos, y un reflejo de lo que puede suceder hoy: Casi todos de acuerdo con la huelga pero casi todos también con miedo o prevención a seguirla.








 Vida en una mascara
La vida en una máscara es una serie de obras que representan formas femeninas (por lo general las más vulnerables de todas) que adornan toda una máscara de gas estilo antiguo. La misma máscara que representa los mayores valores que miran hacia atrás, por ser elegante y honorable en los tiempos cuando la interacción entre la gente pudo haber sido más restringida, pero igualmente íntima con su pequeño entorno.
Hoy en día, la desesperación de ser reconocido, popular, aceptada y seguida, que está erosionando el individualismo, encasillando a todos. Los que no tienen su sitio, sufren la ira del juicio de la sociedad, provocando presión, ansiedad, miedo y aumento de integrarse por temor de aislamiento.
Detrás de la máscara, se es capaz de tener un nivel de privacidad o intimidad sin exponerse excesivamente, mantener un nivel de dignidad y estar a gusto con ella. Las máscaras no sólo son un biombo para la preservar la dignidad, sino también para propósitos más generalmente asociados
al aspecto de la seguridad de la misma mascara. Protección contra la contaminación, las toxinas, las partículas nucleares, incluso los efectos nocivos del sol. Todos ellos juzgan a su manera, lo que nos deja de cosechar las consecuencias de nuestras acciones.
  La manía de la cirugía que nos invade, las promesas infinitas de rejuvenecimiento por medio de las cremas y lociones para aquellos que a menudo no los necesitan, famosos que exigen los últimos retoques de Photoshop. Millones compitiendo por la corona de recoger más y más "amigos" en las redes sociales. La necesidad de sentir que se está constantemente en contacto, como si se tuviera miedo de estar solo o aislado. Autopromoción obsesiva. ¿Qué ha provocado esta ola de inseguridad? ¿La gente del pasado se comportó durante SIGLOS  como nosotros?. 

Life in a mask

Life in a Mask is a series of works depicting female forms (usually the most vulnerable of all) all adorning an antique style gas mask. The mask itself representing the older values that we look back on,as being elegant & honorable from times when interaction between people may have been more restricted, but equally intimate with a select few.
Today, desperation to be recognized, popular, accepted, “followed or following” which is eroding individualism, pigeonholing us all. Those without their recognized place suffer the wrath of societies judgment, causing anxiety, fear & increase pressure to conform for fear of insulation or isolation
Behind the mask, one was able to have a level of privacy or intimacy without exposing oneself excessively, maintain a level of dignity & being comfortable with it. The masks are not only a screen to preverse dignity, but also for purposes more usually associated with the safety aspect of the device. Protection from pollution, toxins, nuclear particles, even the harmful effects of the modern sun. All of them judgemental in their own way, leaving us to reap the consequences of our actions.
 The mania of invasive surgery, the infinite promises of rejuvenation by way of cream & lotions for those you often don’t need them, with celebrity in addition requiring the famous Photoshop touch ups. Millions vying for the crown of collecting more & more “friends” on social networks. The need to feel that you are constantly in touch, as if afraid to be alone or isolated. Obsessive self promotion. What has brought on this tidal wave of insecurity? WOULD PEOPLE FROM CENTURIES PAST BEHAVE LIKE US?